Y ahora qué?

Son sólo moscas, ignorantes de su propia realidad, que pululan a mi alrededor y molestan, cómo molestan, haciéndo que yo quede como la mala de la pelicula, la desagradable, la idiota, que es más la diferente, la que piensa distinto, la que no tiene por qué enredarse en la madeja del montón que sigue sin darse cuenta de que tiene que darse cuenta, que se conforma con poco, con sólo vivir, seguir igual, no cambiar, no crecer, no evolucionar. Por qué he de ser tolerante con quien no lo es conmigo? con quien pretende cambiarme, amoldarme a su gusto, hacer que piense como la mayoría, que por el hecho de serlo, no tiene por que tener la razón. Si no comprenden lo que soy, no pregunten tonteras, si no les gusta lo que hago, no lo vean, si se van a reír de mis ideales y mis creencias, yo también puedo hacer lo mismo. Pero yo no impongo nada sobre nadie. Vivo para mí, no para los demás. No me interesa hacer que los demás piensen como yo, no me interesa intentar convencerlos de lo que está bien y lo que está mal, aunque tenga que verlos diariamente comer de su propia mierda, no salir a caminar, no ver la realidad, ni siquiera comprenderla, no comprender lo que son, lo que pueden llegar a ser, lo que es la libertad, la existencia, la trascendencia, que este mundo material donde están clavados desde los pies, no es lo único que existe...que no se acaba el mundo si el papá no te compra un pendrive. Que nadie se muere si el pololo te patea. Que no hay por qué seguir esas ridiculas reglas que te impone la sociedad por ser mujer. No entienden que no tengo por qué ser como ellos, que no estoy en su sintonía, que no pretendo estarlo, que yo no me siento para nada equivocada, y que tal vés lo estoy totalmente, pero mientras tenga claro yo quien soy y quien quiero ser, poco me importa parecerme a todas las moscas.
Sí, estoy enojada, y me están hechando de la biblioteca, por que es hora de cerrar.