Palabras, palabras, palabras y más palabras...

Creo mucho en el poder de las palabras. Demasiado pienso a veces. Para mí, la palabra de una persona es algo totalmente verdadero, aunque me he dado cuenta de que son pocas las personas que piensan como yo. Ya nada es cierto, ya nada se cumple, ya nada es como debiera ser. Bla,bla,bla,bla, y nada. Una conversación que se supone comprendida, finalizada, y en la cual las cosas quedan claras, pudiendo así posteriormente cumplir con lo que en ella se dijo, al cabo de un tiempo queda en nada. Así de simple, así de triste. Aún creo en las personas y en lo que dicen. Aún creo en las promesas que no me han cumplido. Aún creo en lo y los que quiero. Y a ratos pienso que soy una ilusa. Pero sigo creyendo. No por una (a estas alturas ya, varias) mala experiencia, voy a convertirme en una resentida que no cree en nada ni en nadie, como algunas personas lo hacen, sino que, aun tengo la esperanza escondida por ahí de que en algun lugar y momento encontraré personas que crean como yo, en el poder de las palabras.
Quiero seguir escribiendo, pero se acabo el recreo.
Atte.
Mujer en Construcción.