Para qué decir lo que ya
sabes, lo que no te importa,
Guardo las palabras para
otro momento,
Anhelado,
Que no llega,
Callo para mantener en mí
la esperanza
Diciendo, se diluyen los
sueños entre la respuesta
que me azota como un
viento fuerte,
Pero distante,
Que trae de vuelta la
realidad que no quiero ver,
Recordando la miserable
existencia
De mi soledad.
Diciendo, viene la
desventaja,
Callando mantengo la
duda,
Infantil e inocente duda
sorda,
Porque ambos sabemos la respuesta.
Si digo, pierdo,
Se acaba el misterio azul
de miradas
Que sé ajenas, y que
retengo a la fuerza,
Se acaba el ansia de
lograr que sean mías,
Y se instala cómoda la
resignación,
Con el alejamiento que
viene detrás.
Para qué decir lo que ya
sabes, lo que no te importa,
Conozco la respuesta,
Y temo oírla de tus
labios.
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