
el juego de tazas es mío
el mantel también
Los invitados y sus sonrisas me pertenecen
Compré todo por internet.
Vendí mi alma por un par de cariños,
vendí mi cuerpo por unos años de bonanza,
Parí el asqueroso sentimiento de querer ser como ellos,
para que me amaran,
para que me respetaran.
Y hoy en la hora del té,
enveneno sus cabezas con caritas de ternura,
sazono la comida con especias de amargura,
que guardo tras la piel de ovejita indefensa
por la historia descarnada que he odiado vivir.
Llego la hora del té,
las caras de felicidad alimentan mi pelaje,
los sorbos deliciosos aumentan mi victoria,
el mantel es mío,
el juego de tazas también,
lo compré todo por internet.